La primera puerta es la puerta
del sueño. El sueño nos ofrece un refugio del mundo y de todo su dolor. El
sueño marca el paso del tiempo y nos proporciona distancia de las cosas que nos
han hecho daño. Cuando una persona resulta herida, suele perder el
conocimiento. Y cuando alguien recibe una noticia traumática, suele
desvanecerse o desmayarse. Así es como la mente se protege del dolor: pasando
por la primera puerta.
La segunda es la puerta del
olvido. Algunas heridas son demasiado profundas para curarse, o para curarse
deprisa. Además, muchos recuerdos son dolorosos, y no hay curación posible. El
dicho de que "el tiempo lo cura todo" es falso. El tiempo cura la
mayoría de las heridas. El resto están escondidas detrás de esa puerta.
La tercera es la puerta de la
locura. A veces, la mente recibe un golpe tan brutal que se esconde en la
demencia. Puede parecer que eso no sea beneficioso, pero lo es. A veces, la
realidad es solo dolor, y para huir de ese dolor, la mente tiene que abandonar
la realidad.
La última puerta es la de la
muerte. El último recurso. Después de morir, nada puede hacernos daño, o eso
nos han enseñado.
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